Dejame sentarme aquí...

      Esto no me quita el orgullo de estar al frente de estos jugadores y les quiero agradecer publicamente a todo el plantel y mis colaboradores, porque no se cumplió el sueño, pero sí se encontró un camino. El de respetar el fútbol argentino, de tocar la pelota, de ir al frente, de respetar las raíces.  Yo me puedo ir mañana, pero me gustaría que estos chicos pudieran seguir demostrando lo que son, y haciendo ver el verdadero fútbol argentino, sin misterios, sin peleas. El final no ha sido el esperado, pero yo creo que el que venga tendrá que seguir éste camino, que es el que le gusta a los argentinos.

Esto habrá que pensarlo bien. Todavía no pensé sobre mi continuidad, tengo que hablar con mi familia, con los jugadores, pero me di cuenta como DT y como jugador, que el fútbol que le gusta a la gente es éste. No es momento para hablar sobre mi futuro.

      No creo que nadie en Argentina esté contento con esto. En un pais donde se vive y se respira fútbol, nadie puede estar feliz con este resultado. Yo la viví en 1982, pero era un pibe y no me daba cuenta de las cosas. Hoy, a punto de cumplir 50 años, te digo que esto es lo más duro que me tocó vivir, porque estar al frente de tantos buenos jugadores, tantas buenas personas, tantas buenos prefesionales, esto es como una trompada de Muhammad Ali, no tengo fuerzas para nada.